¿Cuándo y cómo?
Un domingo por la tarde al mes, cuando parece que la semana ha llegado a su fin, Jesús nos convoca a este encuentro. Nos invita a subir con Él a la montaña, ha acompañarlo, ha escucharlo, a situarnos muy cerca para poder descubrir un poco más de Él. Ha experimentar como nuestro corazón se apasiona y deseamos permanecer, por siempre, junto a Él, en ese contexto que nos regala. Pero, lo importante de ese encuentro no es quedarnos ahí, sino aprender a regresar, a vivir de manera distinta en nuestros propios ambientes, llevando en el corazón la fuerza de se fuego ardiente que nos mueve y nos anima a ser sus testigos cada día, en cada situación y con cada persona, ese fuego ardiente que solamente lo puede encender el amor de Jesús.