Jesús, el mejor vino del mundo
En un mundo en apuros se atisba una esperanza
Con la noticia de la proximidad de una tregua en la guerra de Israel contra Hamas en la franja de Gaza, se abre un pequeño horizonte de esperanza que se puede atisbar mirando por un agujerito. A las decenas de miles de muertos y desaparecidos que esta guerra ha provocado se unen otros problemas sociales de gran magnitud, de los cuales podemos resaltar hoy el desmoronamiento de las instituciones políticas, el descrédito moral de casi todos los gobernantes, la pérdida o degradación de los valores humanos, la corrupción, la inmoralidad y la frivolidad de este sindiós que impera en el mundo, y el largo etcétera que cada cual puede incorporar en su reflexión personal. Todo ello constituye el barbecho salvaje y silvestre de una civilización decadente que, muy frecuentemente, no sabe atender ni cuidar la vida de los seres humanos, que se desentiende de la situación de los pobres, inmigrantes y refugiados, de los millones de hambrientos del mundo, de los niños voluntariamente abortados, de los niños abandonados, de los menores abusados, de los ancianos descuidados, de las mujeres maltratadas…