“Os daré un corazón nuevo y os infundiré mi espíritu; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.” (Ezequiel 36:26-28)
Esta profecía en la que por un lado nos quiere transmitir la insensibilidad, terqueza y falta de voluntad de seguir a Dios, nos adentra con un corazón de carne nuevo y sensible, capaz de despertar el amor, esperanza y obediencia, a través del Espíritu de Dios que nos permitirá seguir sus leyes y vivir una vida de santidad.
Dios nos promete no solo su regreso a esta tierra, también una renovación espiritual más profunda en la que nos permitirá ser nuevamente su pueblo elegido y seguir viviendo con ÉL.
También nosotros, en el contexto de la restauración del pueblo de Dios nos reunimos el grupo de Carismáticos de Nuestra Señor del Rosario de Puente Tocinos.