Cuando decides dar el paso de bautizar a tu hijo o hija, debes ser consciente del gran regalo que estás ayudándole a recibir: el don del Espíritu Santo. El bautismo se convierte, así, en uno de lo momentos más importantes y significativos en la vida de vuestros hijos, y también de vosotros como familia cristiana. Es por ello, que como todos los momentos importantes de la vida conviene hacerlo sin prisa o, claro está, siendo conscientes del momento que vivís. El curso prebautismal quiere ser la ayuda que, desde la parroquia, os brindamos para vivir con la intensidad que merece este momento. Puede ser una oportunidad para revivir una fe dormida o para alimentar y fortalecer aquella que vivís.
¿Cuándo son los Cursos Prebautismales?
Los Cursos Prebautismales se realizan en la parroquia, impartidos por el Equipo de Pastoral Familiar. Se realizan el fin de semana previo (segundo fin de semana del mes) a la celebración de bautismo (tercer fin de semana del mes), sábado por la tarde (de 17 a 19h) y domingo por la mañana (de 10 a 13).
Y ¿qué es el Bautismo?
El Bautismo inicia en la persona una vida nueva, como la de Jesús, limpia y verdadera, esperanza para nosotros. Es la expresión visible, pública, de que seguimos a Jesús. Es el signo de que nos incorporamos a la comunidad de los creyentes en Jesús: La Iglesia. Es un nuevo nacimiento, como cristianos, por la fuerza y la gracia del Espíritu de Dios, a una vida de esperanza, a una promesa que se cumplirá para siempre. Es el comienzo de un camino que se emprende en y con la comunidad de los demás creyentes. El Bautismo nos reconoce públicamente hijos de Dios y da sentido a nuestra vida y a nuestra muerte, al asociarnos a la persona y al destino de Jesús, a su muerte y a su nueva vida, y, ésta es a la vez regalo de Dios y compromiso de amor hacia todos los hombres y mujeres.
¿Cuál es la responsabilidad de los padres?
- Los padres que deseen bautizar a sus hijos deben tomarse en serio su propia vida cristiana, puesto que los hijos son bautizados en la fe que sus padres viven en comunión con la Iglesia.
- Han de ser garantías serias de un compromiso a educarles en la fe y en la vida cristiana, como lo manifiestan públicamente en la celebración del bautismo. Este compromiso tiene mayor seriedad que cualquier otra promesa hecha en el resto de la vida, puesto que ha sido solemnemente manifestado ante Dios y en la presencia de la comunidad cristiana.
- La fe que se pide para el hijo en el Bautismo exige a los padres:
- Que no se haya renunciado a la fe católica.
- Que no se haya actuado con signos contrarios a esa fe en momentos claves de la vida, por ej., haber elegido el matrimonio civil en lugar del matrimonio católico.
- Que se de ejemplo de una vida honrada en el trabajo, los negocios, la familia y la educación de los hijos.
- Solicitar de la parroquia la celebración del Bautismo con suficiente antelación, al menos un mes antes, en orden a su preparación.
- Elegir personas cristianas ejemplares como padrinos del hijo, y que reúnan las cualidades exigidas por la Iglesia para poder desempeñar dignamente su función de educadores cristianos de sus ahijados.
- Es necesario asistir a las Catequesis de preparación para la celebración que ofrece la parroquia.
¿Cuál es la misión de los padrinos?
Es misión de los padrinos de bautismo procurar que sus ahijados sean educados en la fe y en la vida cristiana, ejerciendo esta tarea juntamente con sus padres. Por lo tanto, lo primero que se les pide es “coherencia” de vida cristiana para poder ser referentes en la vida de los niños y niñas. Los cristianos recibimos los Sacramentos de Iniciación Cristiana, como camino para profesar, como adultos, nuestra fe en Cristo. Por tanto, es lógico y coherente que la persona que ha de acompañar a otra en la fe haya completado su formación cristiana. Desde la parroquia, acompañamos a todos aquellos que no recibieran el Sacramento de la Confirmación a completar su formación y poder recibirlo.
Para ser padrino o madrina de Bautismo se requiere:
- Haber cumplido al menos 16 años de edad.
- Haber recibido el Sacramento de la Confirmación.
- Llevar una vida congruente con la fe y la misión que se va a asumir.
- No haber renunciado a su fe católica.
- Si es casado, haber recibido el sacramento del Matrimonio (casado por la Iglesia, no sólo por lo civil, o simplemente unidos de mutuo acuerdo)
- Ser cristiano practicante.
- Dar ejemplo de una vida honrada en su trabajo, o negocio, en la familia, etc.
- Asistir a las catequesis de preparación del bautismo, que ofrece la parroquia.
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